Hace 24 años  55 cuerpos sin vida reposaban al frente  de un humeante palacio de justicia,  cuerpos empacados en  transparentes bolsas plásticas, cuerpos fuliginosos y algunos arqueados como una interrogante, cuerpos de magistrados, funcionarios , empleados y guerrilleros entre la austera plaza de Bolívar y la frase del  prócer colombiano Francisco de Paula Santander,  grabada en la  fachada principal  de la enorme mole del edificio destruido :” Colombianos, si las armas os han dado la independencia, las leyes os darán la libertad”.

Era una niña pero nunca me voy a olvidar de esos dias , era un miércoles y llevaba la sudadera del colegio, por aquel tiempo era onicófaga, ferviente jugadora de Yermis y asidua escucha de la radio. Mi padre era un apuesto abogado  a quien le gustaban las mancuernas   y diariamente  recorría las calles del centro de Bogotá, los juzgados y de vez en cuando  aquel palacio de justicia. Al escuchar la noticia en un informe de última hora por la radio, pensé que mi papá se había quedado allí, todo el día junto a mi hermano nos quedamos escuchando las noticias buscando  pistas infantiles   entre las primeras descripciones de la toma por parte del M-19, los disparos  , las listas de los magistrados,  las entrevistas de los que pudieron escapar   y la progresiva retoma por parte del ejército. Mi hermano se preguntaba  por las palomas,  a donde habrían ido a parar las palomas de la plaza con tanta tronadera?.

Tambien escuchamos la voz exhausta y angustiada  del presidente de la Corte Suprema de Justicia,  Alfonso Reyes  Echandía, pidiendo por un cese al fuego por parte de las autoridades, diciendo que  los guerrilleros los tenían apuntados y había que detener  la ofensiva militar  para poder dialogar. Cuando llegó mi mamá, trató de calmarme   pero solo pude sentir alivio al escuchar  las llaves de mi papá abrir  la puerta de la casa . Luego nos quedamos con mis padres oyendo  en la sala,   el desesperado contrapunteo de los periodistas buscando nuevas informaciones  y el retumbar de la balacera , recuerdo la rabia de mis padres  al darse cuenta de que las transmisiones  de la toma iban a ser interrumpidas por orden de la entonces ministra de comunicaciones y la hoy campante candidata a la presidencia Nohemí Sanín; en su lugar solo se pudo ver  y escuchar un partido del Unión Magdalena contra Millonarios.

Poco a poco  se sumaron    todas las características de un golpe de Estado, el presidente Belisario Betancur, si, el  de las palomitas blancas de la paz, el admirado léctor de las Memorias de Adriano y autor de una  insufrible poesía, se ocultó detrás de su pusilanimidad  y le dió  carta blanca  a las Fuerzas Armadas para salvar las instituciones democráticas. Nunca entendí y todavia no entiendo, ni siquiera despues de haber estudiado derecho,  aquello de  salvar las instituciones democráticas frente a los cadaveres de doce  magistrados  de la corte, expedientes  judiciales vueltos cenizas  , un reguero de muertos  entre empleados y funcionarios,  indeterminado  número de desaparecidos  forzados  y un palacio de justicia reventado a golpes de rockets. Así como nunca voy a entender la estupida y arbitraria toma por parte de los guerrilleros del  M-19. En realidad las cosas no han cambiado mucho, ah si, gracias a la seguridad democrática, ( otra frase que tampoco   logro entender) los colombianos  se sienten más seguros,  idénticas suposiciones y conveniencias.

El 7 de noviembre mi papá me llevó al paradero, me contó de tanques de guerra, morteros  y por primera vez escuché la frase a sangre y a fuego, a sangre y a fuego,  en el colegio  las monjitas organizaron una misa por las almas de los que que habían muerto y para mandarle temple   a las Fuerzas Armadas  y al presidente de sosas estrofas.Por la noche no se me olvida a mi papá desolado  mirando la emisión del noticiero 24 horas , conocía a más de la mitad de los magistrados inmolados , el loop   de   la respuesta  del coronel Alfonso Plazas Vegas ( hoy acusado por desaparición forzada)  a la pregunta de un periodista en medio de la toma:

-“que está haciendo coronel?

-defendiendo la democracia, maestro.

Me acuerdo de  la mano aferrada a una granada  de un guerrillero muerto y su desactivación frente a  las cámaras ( hacíendola estallar), esa noche no pude dormir.

No se me olvida un chiste perverso  de ese año  en el   que el presidente  angustiado por la toma del palacio le  pide y le ruega a dios: señor, señor  acaba con ese armero y dios le escucha sus ruegos pero ocho dias más tarde. Porque sí, una semana despues todos los hechos trágicos de la toma del palacio de  justicia  y sus interrogantes, quedaron sepultados bajo el alud de la mayor tragedia natural en la historia colombiana, la tragedia de Armero ( Tolima), 25 mil muertos lo pueden confirmar.Así que con el tiempo los eventos del palacio de justicia fueron tomando los contornos de una pesadillita. Luego se dijo que la guerrilla y el cartel de Los Extraditables se asociaron para destruir importantes expedientes en uno de los salones de la justicia , los coroneles fueron ascendidos o  condecorados y fin de la emisión.

Hoy en dia se ha abierto un proceso por desaparición forzada a algunos militares que participaron en la retoma, también la comisión de la verdad instalada por la corte suprema de justicia declaró por estos dias que el incendio del palacio de justicia no fué un acto deliberado del M-19. Aún la herida está abierta.

No quiero olvidarme de esa señora que durante años y años se instalaba en la plaza Santander de Bogotá  con su sastre oscuro, sus zapaticos chatos y un collage pegado a  un cartel que exhibía , collage de rostros borrosos, (como casi siempre son los de los desaparecidos) y recortes de prensa sobre la toma del palacio, mascullaba una retahila inentendible con un dejo de locura acentuada por los años que pasaban. Los transeúntes la ignorábamos o de vez en cuando la mirábamos con lástima, confundida entre los mimos. Me pregunto si todavia está viva y lúcida como para comprender  que gracias a la apertura de un proceso  tal vez  ha dejado de ser invisible