Bolaño 540
Bolaño 540

El 14 de Julio se cumplieron cinco años de su muerte, allá en Blanes, Costa Brava de España, un día como estos. De él tantas cosas, pero tantas. Lo conocí cuando esta fecha había dado la vuelta al globo dos veces enteras, pensar que por ese tiempo ( 2003) me encontraba relativamente cerca , en el mismo mar por lo menos, escuchando a mi papa al otro lado del océano  y del télefono,laméntandose por la muerte de Celia Cruz y yo de un  hombre que me había puesto los cachos en mis propias narices . A veces leia su nombre, ( el de Roberto Bolaño) en las librerias y me preguntaba quien era ese escritor que tenía un nombre que recordaba al papá del Chapulín y del Chavo, tal vez era este mismo, quien había decidido quitarse, el Gomez y  la S de su  segundo apellido para darse una nueva identidad, exiliado de sus míticos personajes. Cuando volví a Colombia  sentía su patronimico como un rumor,  bajito, demasiado bajito,nínguno de mis mas cercanos  amigos lo había leído, hasta que un día en un gran hueco de ocio, me fuí a la Luis Angel (Biblioteca) y  entre una lista de autores latinoamericanos solicité el primer libro que se me ocurrió, Amuleto, de Roberto Bolaño. y no paré, no paré, me devoré el monólogo trepidante de  la Uruguaya Auxilio Lacouture, su vida en Mexico DF, como huésped de   Leon  Felipe, pasando por su residencia  temporal en el excusado de la UNAM (universidad Autonoma de mexico) en aquellos amargos tiempos de la matanza de Tlatelolco: «desde mi vagon de metro que sangra«, hasta su amistad con los muchachos Real visceralistas. 6 horas aferrada a un libro que si no lo terminaba me hubieran tenido que agarrar a patadas para sacarme de la biblioteca o sino, emular a Auxilio y tratar de esconderme en el excusado para ver ese punto final que en el fondo no quería ver. Desde entonces Roberto Bolaño se convirtió en una obsesión, significaba el regreso a mi lengua , la confirmación  que la literatura latinoamerica seguía viva, había sobrevivido  al realismo mágico, a Borges, a la Rayuela…, el antes y el después que nunca me había imaginado.Quién era este hombre? no voy a  hacer una agiografía de este autor ya que es fácil encontrar sus datos biográficos, hay de todo, hasta videos.Una vez le preguntaron si se sentía chileno, mexicano o español y el respondió: latinoamericano, era un «sudaca volador», término célebre en su obra, «Los detectives salvajes». Recuerdo este libro como el delirio en una fiebre muy alta, solo recuerdo pequeños desplazamientos durante su lectura, recuerdo rojo, carcajadas  en espacios públicos ante la mirada atónita de la gente, lágrimas en el Transmilenio,anotaciones a las cuatro de la mañana, la angustia de estar llegando a su final…Arturo Belano, Ulises Lima, Cesarea Tinajero, piel divina…..Esbozos de tantas historias, pequeñas pistas que nunca llegarán a una conclusión, una novela errante que ni siquiera busca un sentido porque es el mismo desplazamiento, de palabras,personajes, acciones, conductores de frases certeras que indican un  algo mas allá que tenemos que escarbar. Luego  casi todo: Estrella distante, Nocturno de Chile, Llamadas telefónicas,donde se destaca un cuento increíble sobre el hijo de una actriz  porno en Medellín, Monsieur Pain, Pista de hielo, Amberes,Putas asesinas  ,Literatura Nazi en América,Novelita lumpen, Tres ( Bolaño afirmó sentirse mas poeta que novelista), Entre paréntesis, hay mas, pero no las recuerdo porque no las leí. Finalmente 2666, su última obra, la mas osada de todas y el compedio selecto o verborrágico para algunos, de todos sus temas, la novela del MAL, así en mayúsculas, que nos conduce desde  la búsqueda del escritor Benno Archimboldi hasta Santa Teresa , nombre que esconde la verdadera Ciudad Juarez (Mexico), conocida por las desapariciones  y asesinatos de cientos de mujeres. Su epígrafe, una frase de Baudelaire, nos ayuda y al mismo tiempo nos extravía: «un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento»,  si hay algo latente en las 1900 páginas que abarcan este libro, es que estamos asistiendo a una carrera contra reloj, que nos dejará exhaustos y maravillados si llegamos a leer la última frase de 2666. De hecho, son cinco años de ausencia, pero también podemos decir que son cinco años de la conclusión  de este tremendo mamotreto, Roberto Bolaño no llegó a verla publicada, es una obra postuma. Luego me dí cuenta que a mi alrededor se escuchaba bajito,su nombre si, pero con una insistencia inusitada, que para las generaciones mas jovenes en latinoamérica es un referente y un punto de partida, es un rumor de pasos agigantados. Mi amigo Manuel, decía que

Bolaño.DeMarco

Bolaño ha sido una especie de Prometeo en la nueva literatura  latinoaméricana, y aunque suene un poco siniestro y exagerado, le mostró el fuego a los escritores venideros, para luego alimentar a los buitres con su propio higado . Ahora vienen las citas, esta es tomada de una conferencia, quizás la última, en Sevilla, se titula:Sevilla me mata:»De donde viene la literatura latinoaméricana?.La respuesta es sencillísima. Viene del miedo. Viene del horrible( y en cierta forma bastante comprensible) miedo de trabajar en una oficina o vendiendo baratijas en el Paseo Ahumada. «Viene del deseo de respetabilidad, que solo encubre al miedo. Podríamos parecer para alguien no advertido, figurantes de una película de mafiosos neoyorkinos hablando a cada rato de respeto. Francamente  a primera vista componemos un grupo lamentable de treintañeros y cuarentañeros y uno que otro cincuentañero, esperando a Godot, que en este caso es el nobel, el Rulfo, el Cervantes, el príncipe de Asturias, el Rómulo Gallegos». y por último para no exagerar, añado una respuesta a un cuestionario de preguntas que Monica Maristain le envió a Bolaño, todo el cuerpo de la entrevista se titula «Estrella distante» y fué la última que el escritor concedió:»MM: que cosas de todas las que le han dicho sus lectores en torno a sus libros lo han conmovido?, RB: Me conmueven los lectores a secas, lo que aún se atreven a leer el Diccionario filosófico de Voltaire, que es una de las obras más amenas y modernas que conozco. Me conmueven los jóvenes de hierro que leen a Cortázar y a Parra, tal como los leí yo y como intento seguir leyéndolos. Me conmueven los jóvenes que se duermen con su libro debajo de la cabeza. Un libro es la mejor almohada que existe».